martes, septiembre 07, 2010

La banda y el tercer tiempo.

Es una costumbre en el mundo de este deporte escuchar el comentario . . . “el rugby se juega en tres tiempos, dos en el campo y otro en el bar” . . . y esta es una verdad como un templo, acabado el partido, sea cual sea el tono (brusco, distendido, competitivo, victorioso, lo otro …) del partido, al acabar el encuentro el equipo que juega en casa debe invitar a los contrarios al menos a unas jarras de cerveza. En este tiempo se juega también con otras armas, la fraternidad, la empatía, la corrección, la educación y el buen rollo como virtudes necesarias para triunfar, y participan los jugadores de ambos bandos pero también juega la banda, directivos, reservas, amiguetes y simpatizantes, parejas e hijos de algunos jugadores, en fin . . . el club.
Los terceros tiempos del Xe 15 solían acabar delante de una buena paella en un lugar de confianza, o cuando había suerte, en casa de Suso y Careli.
La banda (en todas las acepciones que el lenguaje permite) del Xe 15 era una de las mejores bandas, y tuvimos en el Bar Las Checas nuestro punto de reunión semanal emblemático, todos los jueves durantes años y años y a la hora de cenar, nos solíamos reunir nunca menos de una buena docena de “bandarras” para degustar el menú del día (embutido, huevo y patatas), habia ocasiónes en que algún (buen) miembro partía de viaje, o de jornada de caza, a veces al regreso se acordaba y traía un buen cuarto de jabalí, unos lacones, embutido de Requena, unas angulas recién pescadas, unas botellas de vino, algún licor . . . que allí encontraron siempre a su publico degustador mas leal y agradecido. En ocasiones especiales Alfonso nos dejaba cocinar alguna paella en el asfalto de la terraza, y Andi nos preparaba una de sus obras de arte culinario. Por no hablar del “cuscús” de Careli, las alubias con chorizo de Charo, las vacaciones en bus por Cantabria o Bélgica y Holanda, o las pantagruélicas reuniones en casa de Chimo Candela en Denia, que por si solas merecen todo un post especial.
En este post, y como homenaje, adjuntamos una serie de fotos en las que se observa a la banda durante los encuentros, y la citada actividad recreativo-gastronómica aglutinante de ese montón de comilones, jóvenes, cansados y con buen apetito que tras los dos tiempos de rigor en el campo tomábamos la jarra de cerveza o el plato de arroz como el mas digno colofón a una buena jornada de fin de semana deportiva, sazonado todo ello de la mejor de las compañías. Y apoyando las jugadas en el campo, charlando en el tercer tiempo, en las largas sobremesas dominicales tras encuentros, en el bus cuando tocaba desplazamiento, en el rugby total . . . se fraguaron grandes amistades que aun hoy siguen como en sus mejores tiempos, en este caso ya casi únicamente “tercer tiempo”.